Sopa agripicante de primavera, una receta de inspiración china

2022-10-09 20:49:44 By : Ms. winnie yu

El León de El Español Publicaciones S.A.

La primavera tiene cosas maravillosas, entre las que destaca, sin lugar a dudas, el nacimiento de todas esas flores y verduras estupendas que, tersas y preciosas, nos alegran la vista dando buen color y mucho sabor a todos nuestros platos (recetas de primavera con alimentos de temporada). Por eso es la mejor época para disfrutar de muchas recetas de verduras saludables, ricas y variadas que consigan conquistar los corazones de los más reticentes a ellas.

Muchas de estas personas que no aman el mundo vegetal, se debe a que, por lo general, están acostumbrados a comerlas siempre de la misma forma: cocidas en exceso, rehogadas con un poco de pimentón o, en algunos casos extremos, con mahonesa. No quiero decir que esto esté mal, sino que hay muchas y diversas formas de cocinar verduras para salir de la monotonía y aventurarse en nuevos y sorprendentes gustos.

La globalización tiene cosas extraordinarias, pero ya que, en estas fechas, eso de viajar es complicado, es el momento de llevar los diminutos y bulliciosos puestos de China a la mesa de tu casa. Es un país que se caracteriza por su montaña rusa de sabores, comidas ácidas y picantes, pero también por la utilización de muchas verduras. El arroz kubak, los clásicos rollitos de primavera o la multitud de tallarines protagonizan todas sus cartas, pero también la sopa agripicante, una receta que ha viajado y, por lo general, ha seguido muy fiel a sus orígenes.

Sabemos que la cocina china que hoy conocemos como tal, poco o nada tiene que ver con lo que en realidad se come allí, pero, sin embargo, esta sopa es la excepción de la regla. Quizás porque está tan buena y es tan equilibrada que rápido se adaptó al paladar occidental y encandiló a todos los públicos.

La sopa agripicante, no deja de ser una sopa de verduras (como podría ser una de aquí o una minestrone), pero con el añadido especial de vinagre y del picante que más os guste, que se sirve de la temporada y de aquellos restos que tenemos dando vueltas por la nevera y que no sabemos muy bien qué hacer con ellos. Pero es que, además, es ideal para salir de la rutina, vegetalmente hablando, y para tomarla en esta época que todavía sigue acechando el fresco.

Lo primero que debemos hacer, así como bonus track, es un magnífico caldo de verduras. Para ello no existe un límite de verduras, sino que debemos utilizar y aprovechar todos los restos que tengamos en la nevera. Todo vale. Absolutamente todo.

Y lo mejor que podemos hacer es cortarlas en cuadraditos pequeños, echarles un chorro de aceite, una pizca de sal, pimienta y cocinar en el horno a 200 ºC durante 30 minutos (le damos la vuelta si fuera necesario). De esta forma, adquirirán un color tostado y potenciarán el sabor del caldo final.

Hecho esto, basta con echarlas a una cazuela, cubrir con agua y cocinar tanto tiempo como creamos oportuno (un par de horas será suficiente para tener el mejor caldo de verduras habido y por haber). Colar y reservar. Por supuesto, podemos utilizar también cualquier caldo de verduras que tengamos. 

Retirar la parte final del tallo a los espárragos. Reservar las yemas y laminar finamente el resto del tronco. Cortar las puntas de las judías verdes y, con ayuda de un pelador, retirar los dos laterales. Laminar en diagonal (dicen los chinos que si se cortan las verduras de forma oblicua se desprende más sabor y aroma. No sabemos si es verdad o mentira, pero somos muy obedientes). Trocear la setas shitake y la cebolleta china. Reservar los guisantes.

Verter el caldo en una cazuela y encender el fuego a tope. Cuando coja el hervor, añadir todas las verduras y cocinar 3 minutos. Mientras cuece, mezclar la fécula de maíz con el agua fría en un vaso (o el caldo que hemos apartado) y añadirla poco a poco a la sopa. Remover hasta que coja textura espesa o densa (si fuera necesario, agregar un poco más de fécula de maíz diluida en agua fría).

Agregar el vinagre (ellos utilizan el vinagre negro o chinkiang que puede comprarse en cualquier tienda de alimentación asiática, pero se puede sustituir por vinagre de manzana, de jerez o de vino blanco) y la salsa picante (aunque puede encontrarse fácilmente la salsa de chiles, puede sustituirse por cualquier otra salsa picante que tengamos por casa). Cocer 2 minutos y apagar el fuego. Corregir la sal y agregar el huevo batido removiendo sin parar para que se creen hilos finos. 

Emplatar y terminar con un poco más de cebolleta china cortada.

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