Añadir este condimento a la comida está relacionado con un 28 % más de riesgo de morir prematuramente | Ciencia y Ecología | DW | 19.07.2022

2022-07-23 12:06:12 By : Ms. puya chen

Usamos cookies a fin de mejorar nuestro servicio. Encontrará más información en nuestras Políticas de privacidad.

Añadir siempre sal a la comida reduciría en más de dos años la esperanza de vida de los hombres y en un año y medio la de las mujeres.

Las conclusiones se basan en una investigación en la que participaron más de 500.000 personas.

Investigadores de la Universidad de Tulane, en Luisiana, afirman que las personas que siempre añaden sal a su comida tienen un 28 % más de riesgo de morir prematuramente. Esto equivale a reducir la esperanza de vida en 2,28 años en el caso de los hombres y en 1,5 años en el de las mujeres a la edad de 50 años.

Según la nueva investigación, que estudió a más de 500.000 británicos de mediana edad, la práctica de añadir sal a los alimentos con frecuencia estaría relacionada con la muerte prematura por causas como enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares, enfermedades coronarias o cáncer.

El estudio, publicada en el European Heart Journal, y revisada por expertos, no incluye los condimentos durante el proceso de cocción.

El estudio no descarta definitivamente otros factores, como que el consumo de sal sea un indicador de un estilo de vida menos saludable en general, pero el equipo responsable del trabajo afirma que las pruebas son lo suficientemente convincentes como para que la gente considere evitar sazonar sus comidas.

Los investigadores querían averiguar si la frecuencia con la que se añade sal a los alimentos influye en la muerte y la esperanza de vida. Lo que encontraron, según los investigadores, fueron 18.474 muertes prematuras documentadas.

Según los investigadores, dirigidos por el profesor Lu Qi, profesor de la Escuela de Salud Pública y Medicina Tropical de la Universidad de Tulane, en Estados Unidos, y director del Centro de Investigación de la Obesidad de la universidad, los resultados tienen varias implicaciones importantes para la salud pública.

"Que yo sepa, nuestro estudio es el primero que evalúa la relación entre la adición de sal a los alimentos y la muerte prematura", aseguró en un comunicado de prensa de la Sociedad Europea de Cardiología. 

"Proporciona pruebas novedosas para apoyar las recomendaciones de modificar los comportamientos alimentarios para mejorar la salud. Incluso una modesta reducción de la ingesta de sodio, añadiendo menos sal a los alimentos en la mesa o no añadiéndola, es probable que produzca beneficios sustanciales para la salud, especialmente cuando se consigue en la población general", agregó.

Según los investigadores, las pruebas son lo suficientemente convincentes como para que la gente considere evitar sazonar sus comidas.

El estudio contiene múltiples limitaciones, como la ausencia de información sobre la cantidad de sal añadida a los alimentos. Además, el Biobanco del Reino Unido –de donde se sacaron los datos en el que se basa el estudio– es voluntario, por lo que los resultados no son representativos de la población general, señalaron los investigadores. No obstante, un punto fuerte del estudio es el gran número de personas incluidas: más de 500.000 personas con un seguimiento durante una media de nueve años.

Aun así, la ingesta de sal es difícil de rastrear con precisión porque muchos alimentos procesados contienen altos niveles de sal y la medición directa mediante análisis de orina no proporciona necesariamente una instantánea indicativa de la ingesta global. 

Según reporta The Guardian, aproximadamente el 70 % de la ingesta de sodio en las poblaciones occidentales procede de los alimentos procesados y preparados, y entre el 8 y el 20 % de la sal añadida en la mesa. Sin embargo, prosigue el medio británico, la adición de sal es un muy buen indicador de la preferencia de una persona por los alimentos de sabor salado, por lo que el equipo centró su análisis en esta medida.

"Añadir sal a los alimentos en la mesa es un comportamiento alimentario común que está directamente relacionado con la preferencia a largo plazo de un individuo por los alimentos de sabor salado y la ingesta habitual de sal", dijo el profesor Qi. "En la dieta occidental, añadir sal en la mesa representa entre el 6 y el 20 % de la ingesta total de sal y proporciona una forma única de evaluar la asociación entre la ingesta habitual de sodio y el riesgo de muerte", agregó.

Además de descubrir que añadir siempre sal a los alimentos estaba relacionado con un mayor riesgo de muerte prematura por todas las causas y una reducción de la esperanza de vida, los investigadores descubrieron, según el comunicado de prensa, que estos riesgos tendían a reducirse ligeramente en las personas que consumían las mayores cantidades de frutas y verduras, aunque estos resultados no fueron estadísticamente significativos.

"No nos sorprendió este hallazgo, ya que las frutas y verduras son fuentes importantes de potasio, que tiene efectos protectores y se asocia a un menor riesgo de muerte prematura", dijo el profesor Qi. "Dado que nuestro estudio es el primero que informa de una relación entre la adición de sal a los alimentos y la mortalidad, se necesitan más estudios para validar los resultados antes de hacer recomendaciones", añadió.

El profesor Qi y sus colegas llevarán a cabo más estudios y esperan realizar posibles ensayos clínicos para comprobar los efectos de la reducción de la adición de sal en los resultados de salud.

Editado por Felipe Espinosa Wang.

Los mayores aumentos de la esperanza de vida se asocian a la ingesta de más legumbres, más cereales integrales y más frutos secos, al tiempo que se consume menos carne roja o procesada.  

Los nuevos hallazgos revocan importantes suposiciones sobre la historia de la Inglaterra medieval temprana, y no solo sobre la dieta de la realeza anglosajona.  

La contaminación atmosférica mata anualmente a siete millones de personas y provoca riesgos para la salud tan importantes como los causados por la mala alimentación o el tabaco.

La primavera y el otoño son las épocas de migración de las aves. El cambio climático dificulta su viaje, pero el mayor peligro para las aves migratorias el ser humano. Esto, sin embargo, no tiene por qué ser así.

Las autoridades indagan si el gigante del comercio electrónico ha puesto en riesgo a sus empleados durante la crisis del COVID-19.

© 2022 Deutsche Welle | Política de privacidad | Declaración de accesibilidad | Aviso legal | Contacto | Versión para móvil