Pintar un cuadro o armar un jardín interno no son las únicas maneras de crear arte decorativo casero. La técnica del mosaiquismo es una práctica milenaria, sencilla y accesible para quien desee renovar algún viejo mueble, mesa o crear nuevos objetos.

Una de las ventajas del mosaiquismo es la versatilidad de los instrumentos a utilizar. Al tratarse de la combinación de piezas heterogéneas, con formas y tamaños diversos, se pueden aplicar desde pedazos de cerámica hasta las partes brillantes de un CD.

El mosaiquismo es un método decorativo basado en la unión de piezas con diferentes colores, texturas y formas. Estos objetos se llaman teselas y, si bien están disponibles en tiendas, también pueden fabricarse con elementos a punto de tirar o para reciclar. Por ejemplo, cerámicas rotas, porcelanas gastadas, partes de azulejos, vidrios o cualquier material en desuso.

Una vez elegidas las teselas, van a unificarse mediante algún tipo de adhesivo que puede ser cola blanca común, cemento de relleno o lo que la superficie que se trabaja requiera. La colocación tiene que ser con la mayor precisión posible. Al finalizar, tras algunas horas de secado, el resultado es un viejo elemento renovado con colores y texturas brillantes.

El mosaiquismo es una de las técnicas artísticas más antiguas de la humanidad. Se descubrieron objetos con estos acabados que datan de miles de años, construidos a base de piedras de río. Su popularidad creció durante la antigua Grecia y el Imperio romano.

Durante un trabajo de mosaiquismo se utilizan adhesivos que son tóxicos si se ingieren, además de piezas que pueden resultar cortantes. Por lo que es recomendable tener una esponja cerca para quitar los restos de cola y seguir los pasos con mucha precaución.

Los elementos que no pueden faltar son las piezas decorativas o teselas, de la forma, el tamaño, la textura y el color que se desee. En el caso de comprarlas, se pueden seleccionar sus características. Lo siguiente es una base de apoyo para trabajar, que será cartón gris (resistente y barato), planchas de corcho, placas de madera liviana o de yeso compacto.

Es importante dibujar con lápiz el contorno del diseño, es decir, la forma del dibujo y dónde irán colocadas las piezas. De esta manera se evita quitarlas o moverlas una vez que el pegamento entra en contacto con la superficie.

El adhesivo, la pasta de relleno, la cola blanca o el pegamento para cerámicos tienen que ser esparcidos con precisión y la ayuda de una espátula. Por último, se debe colocar sellador en los huecos que queden vacíos.

Transcurridos unos 10 minutos, se quitan los excesos de pegamento con la esponja o el paño. Al finalizar, hay que dejar reposar durante 24 o 48 horas.

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Esta sencilla técnica se puede aplicar en muchos sectores del hogar, desde la cocina hasta el baño, pasando por los objetos del jardín, tal como se puede leer en el siguiente listado.

Armar el marco de un espejo de vidrio con la técnica del mosaiquismo es una idea muy utilizada. Los materiales para las teselas pueden ser a la elección, pero en este caso, los restos de discos compactos son comunes, debido a que tienen un efecto espejado. El contraste con el vidrio da un bello efecto.

En la cocina también es posible aplicar mosaiquismo. Por ejemplo, en objetos de uso diario como cuencos o portavasos.

En general, estos elementos no disponen de detalles decorativos o son muy costosos, por lo que la creación de un mosaico es una buena opción para adicionar brillo y color.

Hace años que se fomenta un uso reciclable para las tapas de botella de plástico. Elaborar un objeto decorativo a partir de ellas es una idea estética y amigable con el medio ambiente.

En exteriores, el mosaiquismo es más común de lo que parece. Los antiguos bancos y mesas de cerámica llevan esta técnica, en general con restos de porcelana. Quizás sea un poco más avanzado, pero con los conocimientos adecuados, también se pueden adornar escaleras e incluso pisos.

La época de furor de los discos compactos quedó en el pasado y muchos hogares disponen de cientos de ellos. Están quienes eligen coleccionarlos, pero para aquellos que desean desecharlos, cortarlos con cuidado en pedazos multiformes puede ser un camino.

Armar un cuadro con la técnica del mosaiquismo es sencillo. Con frecuencia se utilizan trozos de papel multicolor como teselas. La colocación de los mismos puede variar y hasta formar palabras, dibujos o formas abstractas.

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Si se desea conservar un viejo recuerdo gastado por los años, agregarle mosaicos es una forma de devolverle su brillo y esplendor. Además, la técnica tiene la ventaja de ser económica, casera y manual.

Los que se animen, también pueden usar como base la madera y formar dibujos encima con diferentes materiales. Lo mejor del mosaiquismo es su invitación a imaginar múltiples trabajos con los más variados objetos.

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