Atrás quedó la temporada de los guisos con sus fuertes cacholas y lacones. Junto a ella también dejamos atrás el invierno, aunque todavía nos esperan algunos días fríos. Precisamente, para esos días de primavera, lo más indicado para calentar puede ser una sopa, ya que hay algunas que se preparan al momento de forma sencilla, como la sopa de ajo. Te dejo una serie de sugerencias de las que encontrarás las recetas de muchas de ellas en mi blog de gastronomía www.lacocinaesvida.com

Sopa de ajo. Clásico español de rápida y fácil preparación con pan duro. Foto:

Quizás una de las sopas más conocidas de España sea la sopa de ajo, también conocida como sopa castellana. Su origen humilde hace que los ingredientes varíen según la región, el poder adquisitivo o simplemente los gustos del chef. Los ingredientes básicos, además del agua muy caliente, son, por supuesto, un buen pan de ajo y pan duro. A partir de ahí, nos encontramos con que en Andalucía le añaden coliflor; tomate picado en La Rioja o incluso bacalao en el País Vasco.

Borsch. El origen de esta sopa de remolacha es cuestionado por rusos y ucranianos. Foto: lacocinaesvida.com

Otra de las elaboraciones inicialmente sencillas es la de Borsch. Como la mayoría de platos populares, su origen es disputado por rusos y ucranianos, aunque en sus diferentes versiones está muy extendido en los países del norte de Europa. En lo que todos están de acuerdo es en que debería haber mucha agua y remolacha. Suelen completarlo con un poco de crema agria y en algunas zonas le añaden trozos de carne. Una curiosidad es que también tiene su versión para tomarlo frío.

Sopa Erwten. Compuesto por guisantes es típico de los Países Bajos.

La sopa erwten o sopa de guisantes es uno de los platos nacionales de la cocina holandesa con sus respectivas variantes en Alemania y Escandinavia. Su origen es humilde y básicamente se trata de guisantes triturados y a partir de ahí se puede completar hasta convertirse casi en un puchero con distintos tipos de carnes y embutidos. Se ha convertido en un aperitivo para los patinadores que cruzan los canales helados en invierno.

Minestrone. Del norte de Italia, con verduras y pasta como ingrediente principal.

Sin salir de Europa y mirando al sur, encontramos el Minestrone milanés, aunque es típico de las regiones del norte de Italia. No hay receta fija y varían según la época del año y la región. Se compone básicamente de verduras y se enriquece con pasta y en ocasiones con arroz. En Toscana, no se pueden perder los frijoles blancos, al igual que la calabaza en Génova. En todos los casos se acompaña de un pesto elaborado con albahaca, aceite de oliva, ajo y parmesano rallado.

Cataplana. En Portugal elaboran este guiso de pescado en un utensilio del mismo nombre. Foto: Casa da Guripa

Para completar la ronda europea, nos dirigimos a Portugal donde su famosa cataplana, que es una cazuela al vapor, da nombre al plato. Este utensilio, que tiene su origen en el tagine árabe para cocinar al vapor, se rellena con las más variadas materias primas, aunque predominan los pescados y mariscos. A pesar de tener su origen en el Algarve, este tipo de guiso para comer con cuchara y mojar mucho pan, se ha convertido en uno de los pilares de la gastronomía portuguesa, incluso teniendo su versión carnívora.

Harira. También se llama sopa de Ramadán. En Marruecos lo toman después del ayuno.

Nuestros vecinos marroquíes toman una sopa que llaman harira, uno de los pilares de la cocina norteafricana después del tajín y el cuscús. Se suele consumir como plato único durante el mes de Ramadán para romper el ayuno, ya que cuenta con una abundante y variada lista de ingredientes: verduras, legumbres, cereales, carne, además de diversas especias, tomate, limón y harina para espesar. eso. Para completar el aporte calórico suele ir acompañado de higos secos y dátiles. Después del mes de ayuno se suele preparar para las grandes celebraciones y es típico que los novios lo coman al día siguiente de la boda.

Clam Howder. Esta sopa de almejas fue introducida por los franceses en los Estados Unidos.

Si cruzamos el charco y nos vamos a Estados Unidos, más concretamente a Nueva Inglaterra, estaremos en la región de donde proviene la famosa sopa de almejas. Su origen está en las sopas preparadas por los pescadores franceses que trabajaban en las costas de Terranova, allá por el siglo XVIII. Es un caldo con cebolla y patatas espesado con leche o nata, con apariencia de nata, al que se le añaden almejas.

Los inmigrantes portugueses comenzaron a tomarlo y esto provocó tal controversia que en Maine, en 1939, una ley prohibió la sopa de almejas con tomate. Actualmente encontramos diferentes versiones de esta preparación incluida la de San Francisco, donde es típico servirla dentro de un panecillo. Eso sí, en todos los lugares y porque se tomaba los viernes de Cuaresma para evitar la carne, se ha establecido esta tradición.

Sopa de tortilla: los mexicanos agregan tiras de tortilla de maíz a este caldo.

Si cruzamos la frontera mexicana estaremos en el país original de la sopa de tortilla, también conocida como sopa azteca. En un caldo preparado con tomates molidos con ajo y cebolla aderezada con perejil. Por supuesto, el toque picante lo dan los chiles y se sirve con chicharrones, aguacate, queso y crema, donde se sumergen tiras de tortilla de maíz.

Ramen. La sopa china de pescado o carne, popularizada por los japoneses, está de moda.

Terminamos nuestra gira en Japón, donde el ramen se hizo popular a pesar de su origen chino. Muy de actualidad, esta sopa cuyos ingredientes principales son los fideos chinos junto con caldo de carne, verduras, mariscos, pescados o carnes. Esta sopa se ha abierto camino en las cartas de los restaurantes japoneses e incluso han abierto lugares especializados en esta preparación tan popular en la tierra del sol naciente. Hay todo un mundo de sopas.

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